domingo, 18 de mayo de 2014

... Pocas balas en la recámara...

Las cosas que no se dicen, suelen ser las más importantes...

Y no hablo de la película de Isabel Coixet. Es la puta realidad.
Esa que de repente te hace bajar del techo y te parte la nariz.

Nada es perfecto. Nada es para siempre. ¿Esas frases quién coño las inventó?
Seguro que alguna infeliz a la que le pone meterse en vidas ajenas... Para autojustificarse, supongo...

 Ningún estado carencial, vitamínico o nivel de encabronamiento supino, permanece en el cuerpo el tiempo suficiente como para terminar ahorcándote por los pies...
¡Menos mal!

Qué importante es confiar en la persona con la que compartes lecho... Porque desde luego, fiarte del resto de la humanidad, resulta imposible.

Demasiada (con "a" )gilipollas para tan poca bala.





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